
;El viento era muy frío, demasiado.
Los dientes me castañeaban insensatos y tenía los ojos
llenos de las luces de la ciudad, a lo lejos.
;Te quiero, y tengo más que decir, mucho.
;Ladeo la cabeza como siempre suelo hacer aunque
pocos lo noten y cierro un momento los párpados, te quiero.
;Me acaricias con el viento nocturno, brisa delatora de los
susurros de mis sentimientos aquí, ahora.
;Tus brazos me rodean los hombros.
;Abro los ojos, tu nombre baila en mis manos.
;Quédate y voy a pensar en que pronto va amanecer, creo.
;Tu risa, tu dulce risa, puedo sentir tu cabello enredándose con el mío…
Te quiero, y.
;Ya casi no se ven las estrellas, dices con un balanceo
intranquilo pero inmóvil; cierro otro momento los párpados.
;No te desaparezcas, sé que pronto va amanecer y te irás. Te quiero.
;Me atrapas un brazo con la palma de tu mano
izquierda, sé que en ése momento en mi brazo podría resplandecer
un firmamento de estrellas… nuestras, silenciosas,
con años luces de tú y yo.
.
.
.
;todo.